II. Marca la respuesta correcta:
1.- ¿Qué se le cayó al campesino en el río?:
a) Un hacha de oro.
b) Un hacha de hierro.
c) Un hacha de plata.
2.- El espíritu de las aguas le dio las gracias al campesino por:
a) El campesino mintió.
b) El campesino lloraba mucho.
c) El espíritu quiere que el campesino se dé cuenta de su error.
3.- El espíritu tuvo pena porque:
a) El espíritu tuvo pena.
b) El campesino y el espíritu eran amigos.
c) Debemos aprovecharnos para lo que queremos.
4.- Esta historia nos deja principalmente que:
a) Debemos ser honestos.
b) Debemos aprovecharnos para lo que queremos.
c) Debemos mentir para tener lo que deseamos.
5.- ¿Qué título se puede poner a esta historia?:
a) El espíritu de las aguas.
b) El campesino y el espíritu.
c) La historia de un campesino.
6.- El orden que le des a la historia:
7. Ordena del 1 al 5 según ocurre la historia:
(a) El campesino se da cuenta de que no debe hacer trampa.
(b) El espíritu le dice al campesino que no ha sido honesto.
(c) El campesino se siente mal por haber dicho una mentira.
(d) El campesino encuentra un hacha en el río y se pone a llorar.
(e) Un espíritu dijo hasta aquí he llegado y se marchó de su mentira.
Resolva as questões usando o texto:
A un campesino se le cayó su hacha en un río, y apenado se puso a llorar.
El espíritu de las aguas se compadeció de él y presentándole un hacha de oro, le preguntó:
-¿Es ésta tu hacha? El campesino reapindió:
- No, no es la mía.
El espíritu de las aguas le presentó un hacha de plata.
- Tampoco es ésa- dijo el campesino.
Entonces el espíritu de las aguas le presentó su propia hacha de hierro.
Viéndola el campesiano exclamó:
-¡Ésa es la mía!
Para recompensarlo por su honradez, el espíritu de las aguas le dio las tres hachas .
De regreso a su casa, el campesino mostró su regalo, contando su aventura a sus amigos.
Uno de ellos quiso probar suerte; fue a la orilla del río, dejó caer su hacha y rompió a llorar.
El espíritu de las aguas le presentó un hacha de oro y le preguntó:
- ¿Es ésta tu acha?
El campesino, lleno de alegría respondió:
- Sí, sí, es la mía.
El espíritu no le dio el hacha de oro ni la suya de hierro, en castigo de su mentira.
