se necesita el poder de resolución del microscopio óptico (0,2 µm). La mayor
parte de las subestructuras celulares son más pequeñas aún y requieren la re-
solución del microscopio electrónico (cap. 23-11). Con este instrumento se
puede obtener información de subestructuras que miden entre 0,4 y 200 nm,
lo cual amplía el campo de observación hasta el mundo de las macromolécu-
las. Los resultados logrados mediante la aplicación de la microscopia electró-
nica han transformado el campo de la citología en un grado tal que gran par-
te de este libro está dedicado al estudio de los conocimientos obtenidos con
esta técnica. Por otra parte, los estudios de la configuración molecular de las
proteínas, los ácidos nucleicos y otros complejos moleculares de gran tama-
ño -incluidos algunos virus- se realizan mediante el análisis de las mues-
tras por difracción de rayos X.
En la figura 1-1 se indican, en escala logarítmica, los tamaños de las cé-
lulas eucariotas, las bacterias, los virus y las moléculas, y se los compara con
las longitudes de onda de las radiaciones y con los límites de resolución del
ojo humano, del microscopio óptico y del microscopio electrónico. Puede ad-
vertirse que el microscopio óptico permite un aumento de 500 veces con res-
pecto a la resolución del ojo, y el microscopio electrónico un aumento 500
veces mayor que el microscopio óptico.
En la tabla 1-2 se presentan las relaciones generales entre las dimensiones
lineales y los pesos que se manejan en el análisis químico de la materia vi-
viente. Es esencial familiarizarse con estas relaciones para el estudio de la
biología molecular de la célula. El peso de los componentes celulares se ex-
presa en picogramos (1 pg = 1 µµg, es decir, 10-12 g) y el de las moléculas
en dalton. Un dalton (Da) es equivalente al peso de un átomo de hidrógeno,
pero a menudo se utiliza el múltiplo kilodalton (1 kDa = 1.000 Da). Por
ejemplo, una molécula de agua pesa 18 Da y una de hemoglobina 64,5 kDa.